Uno de los
aspectos más importantes en la creación de personajes no solo es el guión y el
papel que desempeña el actor, sino también aditamentos como el vestuario,
escenografía y el maquillaje.
Esta vez
hablaremos de lo que concierne a efectos especiales también conocidos como FX;
estos efectos incluyen todo tipo de caracterización partiendo desde cero. El
personaje de fantasía se tiene que crear tomando en cuenta aspectos como la
paleta de colores, texturas o partes prostéticas que se necesiten añadir.
Ser un artista
del maquillaje de efectos especiales tiene su magia, ya que quienes se dedican
a ello deben revisar con detalle muchas imágenes de la nota roja: accidentes
sangrientos, heridas fuertes y bastantes imágenes de referencias.
Los materiales
más usados son plastilina, arcilla de escultor, yeso de dentista (que es mucho
mejor al que te venden en las tlapalerías), extracal o ultracal; además de
látex, silicón o gelatina.
Asimismo para
elegir estos prostéticos se deberá tomar en cuenta cuál material es idóneo o
incluso crear manos o partes de utilería (como por ejemplo miembros completos,
panzas de embarazadas, caras deformes, cuerpos quemados), además de moretones,
golpes o quemaduras.
De hecho, gran
parte del trabajo implica tener la creatividad de usar cosas comunes y
corrientes para convertirlas en todo tipo de vísceras, fluidos o cualquier
tejido que ni te imaginas.
Un maquillista de efectos especiales debe ser buen
observador incluso para distinguir que tipo de pintura y textura se asemeja al
efecto que busca dar; muchos de ellos prefieren las pinturas a base de alcohol.
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